Guarda tu Espada
Cuando
David estuvo saliendo de Jerusalén (2do Samuel 16), Simei tiró
piedras y tierra, gritándole y maldiciéndole. Uno de los valientes de David
(Abisai) quiso quitarle la cabeza (vs. 9) pero David no le dejó, al contrario
le mando que guarde su espada. La historia me fascina. ¿Por qué no le permite
David que le cortase la cabeza de Simei? ¿Por qué acepta las maldiciones? Tengo
muchas preguntas sobre la historia, pero me fascina cómo reacciona… y creo que
David reaccionó así porque entendió algunas cosas que también necesitamos
entender.
1.
Entendió
quién era
Dios le puso como rey y
Dios puede quitarle el puesto de rey. No estuvo como rey por su propia fuerza,
entonces Dios puede mantenerle o quitarle.
Y Dios fue fiel al llamarnos a ti y a mí al ministerio (I
Timoteo 1:12) y no te lo olvides. Cuando entendemos que fue Dios quien nos puso
en tal lugar, ya depende de Él si nos quiere mantener alli o no.
Dios comenzó algo en ti
en el momento que fuiste salvo (Filip. 1:6).
David entendió que era
encargado y quién le puso donde estaba… y nos haría bien entender lo mismo.
2.
Entendió
que Dios es el que justifica y defiende
La reacción natural es defenderte… y ¿quién pensaría mal de David por
matar al gusano de Simei después de recibir sus burlas? David no merecía esto,
el hombre no tenía ni derecho de hablar al rey de Israel así. Pero David sabia
que es Dios el juez que justifica y defiende.
Y en nuestras vidas, cuando nos critican, atacan o nos dan problemas,
recuerda que Dios nos puede defender y justificar.
3.
Entendió
que los que llevan la espada perecen a espada
En Mateo 26:52, cuando Pedro quiso reaccionar con violencia, Cristo le
responde diciendo, “los que tomen espada, a espada perecerán.” Lo que Cristo le
estaba diciendo a Pedro, “seguro que deseas reaccionar así pero el fin y los
resultados de esto no es nada lindo”.
Si siempre llevas la espada (ostentando tu poder y autoridad), es muy
probable que en un momento recibas el pago de ello (otro ostentando de su poder
y autoridad). Es mejor mostrar amor y misericordia… y recibir el pago de ello
en la vida.
Hay tiempo para usar autoridad, fuerza y reaccionar con firmeza. Pero
debemos entender que si respondemos siempre con firmeza, en un momento nos
responderán de la misma forma. Queremos que otros nos traten con misericordia y
comprensión cuando hacemos algo tonto o nos equivocamos, pero si no lo
practicamos con otros no lo podemos esperar de otros.
David pudo ostentar de su posición y del ejército que le seguía, pero decidió
no hacer nada. Aun años anteriores, cuando Saul abusaba de su autoridad y quiso
matar a David, David tampoco respondió con venganza. Su hábito de no responder
en la vida cuando otros no le trataban bien, es de fuerte ejemplo. David tuvo
lindas recompensas por no responder mal, por no “llevar la espada” en muchas
situaciones en la vida. Podemos aprender mucho de David.
Nadie es salvo de las ofensas y malas situaciones en esta vida, pero
podemos decidir guardar la espada en lugar de sacarla… podemos decidir dejar
que Dios controle la situación en lugar de intentar controlarla. David pecó y
falló en otras áreas de la vida, pero en esta área nos es de un ejemplo
tremendo. Entonces decide que cuando venga la próxima ofensa (por boca, email,
texto, etc.) que vas a “guardar tu espada”.
Para
Servir,
Jeffrey Bush
www.evangelismomundial.com
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