Una Responsabilidad Diária



“antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.” (Hebreos 3:13)


Estamos ordenados a exhortarnos los unos a los otros (otros hijos de Dios) diariamente. Muchas veces pensamos que exhortar significa enseñar o predicar un sermón, pero mira al significado de la palabra exhortar: Inducir a uno con palabras, razones y ruegos a que haga o deje de hacer alguna cosa. Exhortar no significa gritarle a alguien, mirarle mal o reprocharle, mas bien significa alentar o instar encarecidamente a uno. Si no les animamos o instamos a otros Cristianos, el versículo nos enseña que se pueden endurecer por el engaño del pecado – en otras palabras, el diablo puede ganarlos para el lado equivocado, engañarles, porque nadie está tratando de alentar o instarles. Por su puesto creo que cada persona puede tomar sus propias decisiones y no es un bebé, pero también creo que somos (los hijos de Dios) como un cuerpo que se debe apoyar y funcionar mutuamente. Mientras que Gálatas 6:2 nos enseña a sobrellevar las cargas los unos de los otros, el vs. 1 nos enseña a restaurar y levantar a aquellos que son “sorprendidos en alguna falta”. Demasiados cristianos están desanimados, lastimados, amargados, alejados o ya decididos a rendirse, y aunque sepamos que su actitud o decisión es para su propio daño, debemos darnos cuenta de que la responsabilidad de ayudar corresponde a cada hijo de Dios.  Todos los días los hijos de Dios deben alentar e instar los unos a los otros, no sea que se endurezcan y terminen engañados por las tácticas perversas del diablo. Si podemos aprender a usar la forma correcta de hablar, animar e instar a continuar o regresar al camino, tal vez haríamos mucho bien a la obra del Señor. Se ve la aplicación es dos maneras:



1.     En tu propia vida, debes trabajar en buscar a los hijos de Dios que están lastimados o engañados y alentarles a regresar. Y también animarles a aquellos que aún no se apartaron de que continuen. Cada iglesia, cada clase y cada ministerio tiene un montón de personas que han visitado o han estado en la iglesia una vez y se fueron por razones diferentes... así que hay un montón de gente para ir alentando e instando, e ir exhortando cada día.

2.     Si Dios te ha puesto en una área de influencia en la obra, ayuda a otros a entender la importancia del ministerio en el que Dios les ha dado – para alentarles e instarles diariamente para que no sean engañados. ¿Te podrías imaginar de los resultados si cada persona en tu clase, ministerio o iglesia asumiría la responsabilidad de alentar e instar a los demás? Tenemos que ayudarles a entender que no tienen que hablar de una manera dura ni actuar como que saben todo, pero si aprenden a exhortar a otros, animar a otros, una gran multitud de personas podrían ser alentados a continuar y cumplir más por el Señor!




Para Servir,

Jeffrey Bush

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