Pastoreando a tu Esposa



Probablemente una de las responsabilidades mas difíciles para un obrero de Dios es la de pastorear, guiar o ser el líder espiritual, en su propia casa. I Timoteo 3 dice que el obispo (pastor, anciano) debe gobernar (“guiar, dirigir”) bien su propia casa (vs. 4). No es necesario explicarlo mucho, pero la razón por la que es tan difícil pastorear la familia, y específicamente a  la esposa de uno mismo, es porque la esposa vive con el obrero… lo ve en los momentos buenos y malos, conoce su temperamento y sabe cuán “espiritual “es realmente. El obrero de Dios puede impresionar a su clase o congregación, pero su esposa le conoce bien. El hecho que ella le conoce bien no es malo, mas bien nos debe empujar a trabajar en el área de pastorear bien a nuestras esposas. Recordemos que Dios tiene mas interés en quienes somos en privado que del que quienes somos en público. Entonces nos hará bien a todos los hombres obreros que pensemos, evaluemos y decidamos trabajar mas en pastorear bien a nuestras esposas.


1.    Animarla
Pedro, bajo la inspiración del Espíritu Santo, manda a los pastores que no pastoreen con fuerza sino con ánimo pronto (I Pedro 5:2). Las ovejas espirituales deben seguir, aprender y crecer porque lo quieren, no porque los forcemos… y tu esposa es una tierna oveja que Dios puso para que guíes. Tu esposa, como otras personas en la iglesia, necesita crecer y conocer más a Dios, y es tu responsabilidad ayudarla – animándola. Es un hombre no tan sabio que siempre tiene por respuesta, “sujétate” cada vez que su esposa le hace una pregunta o quiere saber algo. Si queremos ser Bíblicos, el versículo anterior que habla de que la mujer se debe sujetar (Efesios 5:21), enseña que ambos deben someterse el uno al otro. Como otras personas en la iglesia necesitan ser animados, tu esposa también lo necesita. Anímala con palabras, con acciones de cariño y con tu propio ejemplo.

2.    Amarla
La Biblia manda al marido a amar a su esposa varias veces en Efesios 5. El amor es más que unas palabras usadas por la boca, es cuidarla, ayudarla, protegerla y tenerla en cuenta en tu vida. Si el hombre verdaderamente ama a su esposa, estoy convencido que su esposa le respetará, se sujetará y le seguirá hasta el fin del mundo. Nosotros, como ovejas en la grey de Dios, oímos la voz de nuestro buen Pastor y le seguimos… porque sabemos que Él nos guía por amor, no por dinero, fama o cualquier otra cosa. Pastorear a nuestras esposas debe ser siempre con amor y por amor.

3.    Escucharla
Como obreros de Dios, hay muchos momentos que aconsejamos a uno y terminamos escuchando más de lo que hablamos. El hecho de simplemente escuchar ayuda a otros. Es obvio que el hombre y la mujer son diferente y que tu esposa necesita o quiere hablar más, pero el hecho de “pastorear bien” a tu esposa requiere que aprendas a escuchar.

4.    Pasar tiempo con Ella
Si no pasan tiempos juntos, es obvio que no tendrán una buena relación. Salir juntos a caminar y hablar, salir a pasear, sentarse en casa juntos o cualquier cosa para pasar tiempo juntos es de suma importancia. No dejes de trabajar o robes de tu tiempo en el ministerio para quedarte en casa, pero si debes poner a tu esposa como una prioridad cuando no estás trabajando. Como las ovejas que siguen a su pastor porque le conocen, así la esposa seguirá a su marido porque le conoce bien.

5.    Amigable
A veces el decir, “si, ella es mi mujer” da a entender que ella es mi esposa pero no mi amiga. Si Cristo llamó a Sus discípulos amigos, cuanto más debemos llamar y tratar a nuestras esposas como amigas y no simple compañeros de cuarto.

6.    Lleno del Espíritu Santo
Ser lleno del Espíritu (Efesios 5:18) resultará en tener el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Cuando tenemos el fruto del Espíritu (amor, gozo, paz,…), ¿qué esposa no estaría contenta? Estoy convencido que seré el marido que mi esposa necesita cuando estoy lleno del Espíritu. Y podré pastorear a mi esposa bien cuando estoy lleno del Espíritu Santo.





Para Servir,

Jeffrey Bush

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