¿Dije Yo Esto?


Hace tiempo leí en un libro (no me acuerdo donde) que decía algo que me impactó: “Lo importante no es lo que dices sino lo que entienden de lo que dices”. ¡Qué golpe! me dio este dicho. Qué verdad que es para la vida del obrero.


En varias oportunidades he sido avergonzado por la interpretación que la gente ha sacado de mi prédica, enseñanza o una charla. Aun me he enojado diciendo, “yo no dije esto”. Estaría bueno echar la culpa al hecho de  que no hablo bien el idioma, pero la verdad es que no es buena excusa. Tal vez dije algo o no dije algo, pero es más importante lo que la gente entiende en lugar de lo que yo dije. Todos hemos escuchado a los políticos decir “lo que dije era…”, pero sabemos que la manera en que lo dijo hablaba más fuerte que las palabras que usó.

Quisiera compartir algunas actitudes que el obrero de Dios debe tener cuando alguien interprete en forma diferente lo que el obrero dijo o quiso decir:

  1. Humildad

    Cuando uno dice que yo dije algo, que realmente no dije, muchas veces mi carne salta y me molesto, respondiendo mal. ¿Cómo me pueden acusar si yo sé lo que salió de mi boca? Pero el orgullo o la justificación no es la respuesta correcta. Debo tomarlo con calma, revisar y responder con humildad. Puede ser que me haya equivocado o que no me expresé bien, entonces con humildad debo responder.

    1. Pedir  Perdón
    No siempre es fácil admitir que nos equivocamos, pero si realmente no lo dijimos  correctamente entonces debemos pedir perdón. La falta de pedir perdón lastima a muchos matrimonios, amistades y aun muchos ministerios. Solo porque soy obrero de Dios no quiere decir que tengo que tener la  razón, hace bien a mi alma el pedir perdón.

    1. Aprender de la Situación
    Sea que soy culpable o no, cuando alguien interpreta  mal lo que dije, hay mucho de lo que puedo aprender. ¿Puede ser que el lenguaje de mi cuerpo expresaba otra cosa? ¿Puede ser el tono de mi voz, que no estuvo bien? ¿Puede ser que no hablé con amor? Sea lo que sea, si presto atención y escucho, puedo aprender de la situación.

    Personalmente he tenido varios “mal-entendidos” cuando hablo por e-mail, mensaje de texto y carta porque tal vez otra persona pone el énfasis en el sitio incorrecto, no ve las expresiones de mi cara, etc. Siempre es mejor hablar en persona si es posible.

    El obrero de Dios debe siempre estar aprendiendo… aunque se trate de un “mal-entendido”.



    Para Servir,
    Jeffrey Bush

    Comentarios

    Entradas populares de este blog

    Misericordia y Verdad

    ¿Cómo Conducirte en la Casa de Dios?

    Que Es Un Pastor Según la Biblia