¡¿Agradar a Quién?!
“Así que, los que somos fuertes debemos soportar las
flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es
bueno, para edificación.
Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien,
como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.”
Romanos
15:1
¡Cómo me chocó cuando leí este pasaje! Me dice que no debo buscar
agradarme a mismo sino agradar a otras personas. No buscar lo que quiero o
deseo, sino lo que edifica a otros (vs. 2) y además “soportar las flaquezas” de otros (vs. 1). Colosenses 3:13 y Efesios
4:2 también me indica: “soportándoos unos
a otros”.
El golpe más fuerte para mí fue el versículo 3, que dice: “ni aun Cristo
se agradó a sí mismo”.
Romanos 12:10 me recuerda que debo dar preferencia a
otros primero, el opuesto de lo que quiero hacer. Todos queremos ponernos a
nosotros mismos primero, tanto en la honra como en la preferencia. Se nos manda
a no preferirnos sino de agradar a nuestro prójimo (15:2).
En Romanos 13:8 me dice que la única cosa que “debo” a
una persona es el amor porque “el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”. En Romanos
13:10 dice “el cumplimiento de la ley es el amor”.
Entonces, la vida tiene mucho que ver con el amor…
amando a Dios primero y amando a otros más que a mí mismo. Cuando le
preguntaron a Cristo cuál era la ley más importante (de los más que 600 leyes
que tenían los judíos), respondió diciendo que el amar a Dios y el amar a tu
prójimo como a ti mismo es lo más importante (Mateo 22:36-29). Vemos que Cristo
no se agradó a si mismo porque primeramente amó y agradó a su Padre y después
nos amó a nosotros. Mi ejemplo es de
amar y agradar a Dios y mi mandato es
de amar y agradar a Dios… entonces la pregunta es, ¿a quién estoy amando y
agradando en mi vida?
Para Servir,
Jeffrey Bush
www.evangelismomundial.com
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