Como No Acostumbrarte al Ministerio




Aprendí la siguiente lección del Hno. Guillermo Gardner. Después de traducirlo y adaptarlo a mi vida, lo enseñé en el Seminario Bautista Macedonia Argentina en Diciembre 2012. La lección tiene como base II Reyes 5:20-27, cuando Giezi (el siervo de Eliseo) corrió tras Naamán buscando una riqueza y terminó leproso por sus acciones. Giezi tuvo una de las mejores posiciones posibles en aquel tiempo, pero de alguna manera se acostumbró tanto a lo que tenía que no era muy feliz. Y aunque le podemos reprender y decir, “¿qué estabas pensando hombre?, perdiste todo por una locura”, somos muy culpables del mismo pecado… de acostumbrarnos tanto al ministerio que viene a ser algo “normal”. La meta de esta lección es la de abrir tus ojos para que veas que Dios te ha contado por fiel al ponerte en el ministerio (I Timoteo 1:12) y no debes acostumbrarte en el sentido de pensar que no es especial poder estar sirviéndole a Dios. Entonces ¿cómo podemos no acostumbrarnos al ministerio?


1.    Estando Agradecidos
-       No debemos pensar que merecemos algo. Romanos 12:3
-       Una vez no teníamos y ahora sí, pero no estamos satisfechos con cosas pequeñas – necesitamos cambiar la mentalidad y estar agradecidos con lo que Dios nos dio, lo que ha hecho y lo que está haciendo.
-       Debemos vivir agradecidos – agradecidos a Dios y a otras personas.

2.    Seguir Aprendiendo
-       No dejes de crecer, de seguir aprendiendo.
-       La persona que cesa de aprender cesa de vivir.
-       I Corintios 15:58
-       Leer la Biblia y seguir leyendo para aprender más. Leer otros libros. Mira a otros y fíjate lo que funciona. Aprende a hacer preguntas y no  a hacer declaraciones.
-       Charles Spurgeon dijo que aun el niño de 5 años es mi maestro – todos pueden enseñarnos algo.

3.    Seguir Amando
-       I Corintios 13:14
-       A Dios, pasando siempre tiempo con Él, y a la gente. No te acostumbres tanto a la gente porque pueda que llegues a amarlos más.
-       Es fácil acostumbrarnos al ministerio que hacemos todo como rutina y hábito y no con amor.  ¡No pierdas tu amor!

4.    No Siendo Celoso
-       Nuestras preguntas a otros en el ministerio a veces vienen por ser muy carnal – por ejemplo: ¿cuánto dinero ganas? ¿cuántos discípulos tienes? ¿cuántas personas están en tu clase o congregación? Con este estilo de preguntas, pronto entra el orgullo (porque estás haciendo mejor) o vendrán los celos (porque la otra persona está haciendo mejor).
-       Los celos en el ministerio dañan a uno mismo y a otros.

5.    No Amargandote cuando otros te Critican
-       La verdad es que otros te van a criticar en el ministerio, pero como reaccionas a su crítica es lo más importante que la misma crítica. No te amargues y no permitas que destruya tu ánimo y corazón. Decide que no vas a permitir que el rencor, amargura, odio o desánimo entre en tu corazón como resultado de la crítica de otros.
-       II Corintios 12:15
-       Hebreos 12:15

6.    No Siendo Ofendido Fácilmente
-       Salmo 119:165 – “Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.”
-       Muchas personas salen de la iglesia o dejan el ministerio porque fueron ofendidos por una persona y no lo puede olvidar. No tienes que tomar las palabras o circunstancias tan personalmente. Enfócate en Dios y Su Palabra y cuando alguien te ofenda, no permitas que sea de obstáculo en tu vida para sacarte del camino.
-       Cuando uno te ofende, no esperes mal ni piensas mal de tu hermano. Claro que no es fácil, pero saca tu enfoque del problema o persona y ponlo en Dios.
-       Espera lo mejor para otros y ora por otros – es difícil orar por una persona y seguir odiándole.

7.    No Perdiendo el Interés en las Cosas de Dios
-       No te acostumbres a las bendiciones de Dios en el sentido de pensar que siempre las tendrás o siempre sucederán.
-       No te acostumbres al hecho que Dios te está usando – es una bendición.

8.    No Aprovechándote de Otros o de las Situaciones
-       Si alguien te da algo o si recibes algo, agradece a Dios y a la persona.
-       Si existe la posibilidad de aprovecharte de una situación o de una persona, decide no hacerlo.
-       No te olvides que tienes dos manos, una para recibir y una para dar – la persona que siempre recibe sin dar pronto no recibirá más.


Tenemos un llamado celestial, un llamado distinto y santo –!!!Es un gran privilegio que tenemos de poder servir a Dios!!! Si no tenemos cuidado, las bendiciones de Dios, el llamado de Dios y la voz de Dios vendrán a ser  algo muy  “normal”. Pronto estaremos tan acostumbrados que ni necesitaremos orar, estudiar, y depender de Dios… pero amigos, necesitamos siempre depender de y en Dios.



Para Servir,

Jeffrey Bush

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