Casa de Oración

En mi propia vida, Dios me está mostrando algo que tiene que ser clave en nuestras vidas e iglesias – la oración. Quiero compartir unas verdades sobre la oración que espero aumenten nuestros apetitos como obreros de Dios: 

I.              Lo Opuesto de la Oración es Desmayar

Cristo enseñó sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar (Lucas 18:1). U oramos o desmayamos – uno de los dos. Hay suficientes preocupaciones, necesidades, problemas y tribulaciones en el mundo para hacernos desanimar y desmayar… pero si no oramos es exactamente lo que sucederá.

Es interesante que Cristo Jesús, 100% Dios pero 100% hombre, vivió una vida de oración. ¿Por qué tendría que orar Dios (Hijo) a Dios (Padre)? Podría haber pedido y obtenido, pero oró durante su vida y ministerio… tal vez para mostrarnos cuan importante es la oración para los hijos de Dios. Varias veces salió al desierto o se despertó cuando era aun oscuro para apartarse y orar. Y Él es nuestro ejemplo.

II.            La Oración trae la Fuerza y el Poder

Si necesitamos sabiduría, solo pedimos (Santiago 1:5); si necesitamos provisión, protección y/o ayuda, solo pedimos (Mateo 7:7-8; Santiago 4:2). Como indivíduos necesitamos fuerza y poder, como iglesias necesitamos fuerza y poder… y la oración es lo que nos da acceso.

III.          La Iglesia se llama Casa de Oración

Cuando Cristo entró en el templo y vio la gente vendiendo y comprando en el templo, se enojó porque el propósito de “su casa” no era para hacer negocio sino el ser la “casa de oración” (Mateo 21:12-13).

Me trajo mucha convicción el pensar en esto ultimamente. Aunque conozco el pasaje, creo en la oración y usar el nombre “reunión de oración” por la reunión de entre semana, siento que no puse la oración como mi Dios quiere que esté. Nuestras iglesias no  pueden sobrevivir, y mucho menos avanzar, si no dependemos de Dios 100%. Imagínate lo que Dios puede hacer si nuestras iglesias tendrían grupos de oración orando durante la semana. Imagínate lo que Dios puede hacer si oraríamos una hora o media hora antes de cada reunión. Imagínate lo que Dios puede hacer si nuestras iglesias tomarían el tiempo para verdadermante tener una “reunión de oración”. Imagínate lo que Dios puede hacer si los hijos de Dios orarían el uno por el otro, por los líderes de la iglesia y por la mano de Dios sobre la iglesia. Que Dios nos ayuda no olvidar que no es “con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4:6).

Para Servir,

Jeffrey Bush

www.macedoniaargentina.com